Imaginaos que queréis ver una película por internet. Dicha película se encuentra almacenada en otro ordenador. Para poder verla tenemos dos posibilidades:
La primera, descargarla completamente en nuestro ordenador y, cuando la tengamos entera en nuestro disco duro, reproducirla con cualquier visor de video, por ejemplo el Windows Media Player de Microsoft. Supongamos que el archivo que contiene la película tiene un tamaño de 900 megas. Que cada uno de vosotros haga la cuenta del tiempo que necesitaría para descargarse dicho archivo y poder disfrutar de dicha película.
La otra posibilidad es la de ir visionando la película a medida que a nuestro ordenador van llegando los "bytes" que componen dicho archivo. A ese flujo de información que llega a nuestro ordenador y que se traduce en video, audio o ambos en nuestro reproductor es lo que se conoce como streaming y más concretamente como streaming media.
Esta segunda opción es la que posibilita que por ejemplo podamos ver un evento en directo a través de Internet. No existe un archivo que contenga de antemano la información como habiamos dicho en el ejemplo, sino que existe una fuente (una señal de televisión por ejemplo) que se codifica para ser transportada por internet en este flujo que hemos comentado, y que una vez en nuestro ordenador, se convertirá en imagen y sonido en nuestro reproductor favorito. En esta modalidad se basa la televisión por internet, o IPTV, de la cual el máximo exponente español en este momento es Imagenio.
Vemos por tanto como dentro del streaming existe lo que podríamos llamar contenido bajo demanda y contenido en vivo. El primero se basa en archivos almacenados en un ordenador y que el usuario "demanda" y el segundo es el concepto típico de televisión; se emite un contenido y el usuario accede a él en un momento determinado de dicha emisión. Es la misma diferencia que existe entre el video y la televisión.
No vamos a entrar en cuestiones excesivamente técnicas, como protocolos, codecs y demás parafernalia que existe en este asunto. Simplemente debemos tener claro que casi cualquier televisión que emita hoy en dia en Internet utilizará dos tecnologías que a dia de hoy son las principales en este terreno: Windows Media Video y RealVideo.
El principal problema que tiene el streaming como tal es que a nivel de Internet, el ordenador que sirve el flujo (servidor) envía una copia de este a cada uno de los ordenadores que desea visualizar el contenido (cliente). ¿Esto que significa realmente? Vamos a verlo con un ejemplo:
Supongamos que una televisión decide emitir a 500 Kbps, lo que proporciona una calidad muy buena. Si a dicha emisión se sumaran 1000 telespectadores, el servidor que transmite esa señal tendría que tener un ancho de banda de 500 * 1000 = 500000 Kbps ya que hemos dicho que por cada cliente hay una copia del flujo. Es decir, un ancho de banda de aproximadamente 500 Mbps.
Este ancho de banda cuesta mucho dinero, por lo que, habitualmente estos servidores no admiten más de 50 o incluso menos usuarios conectados simultaneamente. Ante un evento atractivo, ese ancho de banda sería totalmente insuficiente, y el servidor... ¡¡pofff!!.
Por lo tanto, ¿el emitir en internet es prohibitivo y solo reservado a grandes corporaciones? Pues la verdad es que no. Si aplicamos al streaming la tecnología P2P, muy conocida en el tema de intercambio de archivos (emule, bittorrent,...), lo que significa que los propios clientes (el ordenador del televidente) también participa en el reparto del streaming proporcionando a otros clientes trozos de dicho flujo, el servidor no tendría que soportar todo el peso de la emisión y convertirse en el típico cuello de botella que provoca los continuos parones de las emisiones de televisión o radio por internet. El concepto es simple, la implementación no tanto. Y, como todo lo que lleva la etiqueta de P2P, tiene además demasiados flecos legales por resolver. Sin embargo se está trabajando mucho en este tema y actualmente hay una docena de proyectos, la mayoría universitarios chinos, que están consiguiendo resultados espectaculares. Programas como Sopcast o TVAnts están consiguiendo que la emisión por internet practicamente esté al alcance de cualquiera. Recientemente hice una prueba con Sopcast, emitiendo a 256 Kbps y pudieron seguir dicha emisión sin problemas 7 ordenadores más. Si hacemos la cuenta anterior, 256 Kbps * 7 = 1.792 Kbps, o lo que es lo mismo 1,7 Mbps que resultarían demasiados para un ADSL de 300 Kbps de subida que es el que tenía a mi disposición para la emisión. Si esas 7 personas se hubiesen conectado directamente a mi ordenador para recibir la señal que este difundía, sólo uno de ellos podría haber seguido con normalidad dicha emisión. Sin embargo con esta tecnología fue posible multiplicar por 7 dicho número.
Estos programas abren las puertas de la emisión por internet a gran escala. Otra cuestión es el uso que se hace de ellos, difundiendo la señal pirateada de numerosas cadenas de TV chinas, que no tendrían el más mínimo interés (cualquiera entiende lo que dicen!!) si no fuera por la afición de los chinos al futbol, y a las retransmisiones que realizan de las mejores ligas europeas, española y champions incluidas, por supuesto.
Pero lo que es indudable es que esta tecnología multiplica, en teoría, por infinito el número de posibles espectadores para una emisión con un ancho de banda casi casero. Es más, cuantos más ordenadores se conecten a la emisión, más fluida sería esta.